viernes, 21 de marzo de 2008

Las grandes lecciones de la Historia

Al igual que los endurecidos Nazis alemanes a los que tanto admiran, los ultraderechistas del núcleo "duro" de la extrema derecha latinoamericana radicados en su más importante base nacional de operaciones en la ciudad de Guadalajara en el campus universitario de cierto sitio infernal "de cuyo nombre no quiero acordarme" acostumbran elevar la ingratitud a algo que debe ser practicado sin pena alguna, inclusive algo de lo que se debe estar orgulloso, algo que debe ser considerado como una "prueba de lealtad". Para esta gente, cosas que consideramos virtudes como la honestidad, la franqueza, la amistad, y la gratitud, son "defectos" del Cristianismo que deben ser abandonados a la voz de "cuanto antes, mejor". Por ello resulta conveniente repasar los libros de historia para ver de dónde les vienen tan anti-cristianas enseñanzas, y ver cómo el tratar de congraciarse con esta clase de gente enferma de la mente y del espíritu puede resultar completamente inútil a la larga, ya que además de extremista es gente malagradecida por naturaleza.

En su libro Hitler's Scientists: Science, War and the Devil's Pact, John Cornwell nos relata el caso de uno de los mejores ejemplos de la ingratitud desplegada por Hitler y sus Nazis. Se trata de Fritz Haber, uno de los más importantes científicos del aparato militar alemán desde antes del estallido de la Primera Guerra Mundial hasta poco después del ascenso de Adolfo Hitler al poder:





Pocos científicos le proporcionaron tanto a Alemania como Fritz Haber para apuntalar su histórica agresividad militar derivada desde los tiempos del Imperio Prusiano, ayudándole al mismo tiempo al país a incrementar enormemente su producción de alimentos acabando de tajo con las hambrunas del pasado. Su exacerbada devoción por "la madre Patria", por Alemania, era genuina, de eso no había la menor duda, y cada vez que pudo dió prueba de ello no con sus palabras sino con sus acciones.

Fritz Haber es mejor recordado por su descubrimiento de la síntesis del amoníaco, su más importante legado. El proceso que lleva su nombre permitió convertir en realidad el suministro de amplias cantidades de fertilizante de nitrógeno de bajo costo que permitió a la humanidad llegar a una población de seis mil millones en el año 2000 en lugar del máximo estimado de 3.6 millones sin tal descubrimiento. Ya desde fines del siglo dieciocho se había descubierto que el amoníaco, esencial para la producción de fertilizantes y explosivos, estaba compuesto por un átomo de nitrógeno y tres de hidrógeno, y desde entonces los químicos habían estado tratando de sintetizarlo sin éxito alguno dadas las enormes dificultades técnicas para producir inclusive unas cuantas gotas del mismo con equipo sumamente costoso. Haber llegó a la conclusión de que era necesario un catalizador para acelerar el proceso de síntesis, y después de probar numerosos materiales encontró que un polvo del metal raro osmio podía producir el efecto deseado. Para agosto de 1913, la empresa alemana BASF estaba produciendo cinco toneladas de amoníaco sintético diariamente. Y a raíz de tan importante descubrimiento, Fritz Haber fue galardonado con el Premio Nóbel de Química en 1918.

El lado obscuro de la moneda de la importante contribución de Fritz Haber con su creación de los procesos para lograr la síntesis del amoníaco en cantidades industriales es que el amoníaco es un ingrediente esencial para la fabricación masiva de explosivos químicos, lo cual empezó a ser utilizado justo a tiempo poco después del comienzo de la Primera Guerra Mundial. A raíz de los bloqueos impuestos por las fuerzas aliadas, Alemania no podía obtener el nitrato de sodio (caliche) del cual Chile era prácticamente el único productor en el mundo, siendo este compuesto prácticamente indispensable para la elaboración de explosivos, con el resultado de que Alemania estaba a punto de perder la guerra por falta de "municiones", literalmente hablando. Fue entonces cuando el trabajo científico de Fritz Haber entró para intentar salvar la situación. Tiempo después, la síntesis del amoníaco lograda por Fritz Haber eventualmente sirvió para que Hitler al poco tiempo de ascender al poder comenzara a armarse hasta los dientes en abierta violación al Tratado de Versalles (alegando Hitler que a ningún país se le podía negar su derecho legítimo de contar con un ejército para defenderse de una invasión, aunque los hechos posteriores confirmaron que los verdaderos motivos de Hitler para violentar el Tratado de Versalles nunca fueron la creación de un ejército con fines meramente defensivos sino la creación del más vasto y terrible aparato militar que el mundo haya visto en sus tiempos, creado con fines invasores, con fines expansivos, intenciones plasmadas en la doctrina del lebensraum que Hitler ya había abrazado mucho tiempo atrás cuando escribió su libro "Mi lucha" en donde puso "los alemanes tienen el derecho moral (¿?) de adquirir territorios ajenos gracias a los cuales se espera atender al crecimiento de la población").

Pero quien crea que la síntesis del amoníaco fue la única contribución de Fritz Haber en beneficio del país por el cual estaba dispuesto a todo (y se enfatiza aquí, a todo), deberá considerar que fue nadie menos que Fritz Haber quien promovió en Alemania el desarrollo de gases letales para ser usados en el campo de batalla durante la Primera Guerra Mundial, un arma terrible que dejó a los sobrevivientes en tales condiciones que posiblemente hubieran preferido morir de un eutanásico balazo en la nuca antes que vivir en un tormento perpetuo con la piel llagada de manera horrible y los pulmones prácticamente desintegrados por químicos diabólicos como el fosgeno:



Y Fritz Haber no sólo encabezó las aplicaciones militares de la ciencia alemana en el curso de la guerra para la creación de los gases venenosos utilizados en la Primera Guerra Mundial que según estimaciones mató a 1.3 millones de tropas, sino que él mismo de manera entusiasta dirigió los primeros ataques químicos desde el frente de guerra. El primer ataque documentado en la historia de la humanidad con gases venenosos, marcando el inicio de la guerra moderna con armas químicas producidas en el laboratorio, ocurrió a las cinco de la tarde del 22 de abril de 1915, la Segunda Batalla de Ypres, con Fritz Haber en persona al frente de su tropa de gases conocida como el Pionierkommando 36, equipada con mascarillas protectoras y armada con unos 5,370 cilindros de gas cloro licuado, pesando cada uno de ellos 100 kilos, una acción que violó las convenciones humanitarias de La Haya de 1899 y 1907. Hay la creencia generalizada entre los historiadores de que las investigaciones científicas llevadas a cabo por Fritz Haber y su equipo de colaboradores "arios" para desarrollar tan terribles armamentos fueron la causa de que su horrorizada esposa Clara Immerwahr (una mujer brillante, la primera mujer en recibir un Doctorado en Química en la Universidad de Breslau):





después de haber visto ella misma las enormes tragedias humanas que la labor de su esposo y los científicos a su cargo causaron en el campo de batalla en aquél día fatídico, optó por suicidarse de un balazo en el pecho, aunque la autoinmolación de esta atractiva rubia no sirvió de nada para ayudarle a su esposo a reflexionar sobre las consecuencias de su exacerbada devoción a la causa militar alemana y hacerlo abandonar el camino del mal que estaba tomando. La misma mañana en la que su esposa se suicidó, Fritz Haber partió hacia el frente ruso para supervisar las operaciones de lanzamiento de gas en contra de los combatientes rusos. Para Haber todo se justificaba en aras de la mutterland (la madre patria) al grito de Deutschland Uber Alles (Alemania por encima de todo). La dedicación de Fritz Haber al engrandecimiento de Alemania y el fortalecimiento de su poderío militar lo puso por encima de los alemanes más nacionalistas que se pudieran encontrar en el país, considerándosele un patriota alemán en toda la extensión de la palabra orgulloso de los servicios rendidos por él en el curso de la Primera Guerra Mundial, a grado tal que fué condecorado dándosele el rango de Capitán por órdenes del mismo Kaiser, un evento inusitado para un científico con demasiada edad para ser enlistado dentro del servicio militar.

Entre las muchas muestras de patriotismo que dió Fritz Haber hacia Alemania, tenemos el hecho de que, sumándose a 92 de sus colegas, Haber estampó incondicionalmente su firma en el "manifiesto de Fulda", así llamado porque fué elaborado por Ludwig Fulda, un prominente escritor judío-alemán, conocido también como "La Apelación de los Noventa y Tres Intelectuales" y publicado en los principales periódicos alemanes, el cual repudió de modo categórico cualquier responsabilidad alemana en el inicio de la Primera Guerra Mundial, defendió y justificó la invasión alemana de Bélgica, negó las atrocidades de las que fueron acusados los alemanes en el campo de batalla, e insistió que la cultura alemana y su tozudo militarismo eran una unidad indivisible. Nunca antes una comunidad de judíos tan prominentes se había sumado al respaldo de un documento tan alabatorio de su país de residencia (aunque de cualquier modo hubo algunos cuantos judíos lo suficientemente cuerdos como para negarse a sumar sus firmas al manifiesto de Fulda, entre ellos Albert Einstein).

Tras el ascenso de Hitler al poder, es posible que Fritz Haber habría podido seguir desarrollando mucho más en beneficio del aparato militar Nazi si Hitler se lo hubiese permitido, algo para lo que Fritz Haber estaba completamente dispuesto. Tal vez hasta podría haber creado algo en el laboratorio que le hubiese dado a Hitler la victoria total y absoluta en la Segunda Guerra Mundial, cambiando el curso de la historia. Sin embargo, tuvo una dificultad para poder seguir arrodillando todo su enorme e indiscutible talento científico a favor del cada vez más agresivo aparato militar alemán. La dificultad que tuvo es que Fritz Haber era un judío. Para complacer y agradar a una sociedad cada vez más hostil hacia los judíos, repudió su religión de origen convirtiéndose al cristianismo y renegando de sus raíces, obligando a su segunda esposa judía a hacer lo mismo. De cualquier modo, en 1933 prácticamente fue obligado por los Nazis a renunciar a su puesto en el Instituto Kaiser Wilhelm para Físico-Química y Electroquímica en Berlin-Dahlem.

Plenamente consciente de lo que significaba para Alemania la pérdida de un científico de la estatura de Fritz Haber, nadie menos Max Planck, el más eminente científico de Alemania, fundador de la mecánica cuántica contemporánea que revolucionó la física clásica:



intervino en persona ante Hitler abogando por Haber. Sabiendo de qué pie cojeaba el dictador y dándole por su lado con el fin de persuadirlo de un cambio de opinión, de acuerdo con las transcripciones de la reunión Planck le dijo a Hitler que entre las familias más viejas de la cultura alemana tradicional había diversas clases de judíos, algunos valiosos y otros sin valor alguno para la humanidad, y que uno tenía que hacer distinciones en asuntos como éste, a lo cual Hitler le respondió: "Eso no es cierto. Un judío es un judío; todos los judíos se juntan como rebabas. En dondequiera que haya un judío, judíos de toda clase se agrupan de inmediato". Planck le señaló que la importancia para Alemania del trabajo de sus científicos judíos convertiría en un acto de auto-mutilación el obligar a emigrar a judíos valiosos, y que los países extranjeros serían los primeros en beneficiarse de sus talentos (lo cual a fin de cuentas sucedió, tal y como lo predijera Planck). En respuesta a éste último argumento presentado por Planck, Hitler empezó a vociferar en uno de sus típicos arrebatos, hablando cada vez más y más rápido, respondiéndole al máximo científico de Alemania con las sandeces propias de un lunático que no sentía compromiso alguno ante nadie por moderar aunque fuese un poco sus desvaríos. Max Planck no tardó mucho en darse cuenta de que estaba perdiendo su tiempo, que tratar de hacerle entender razones a este tirano era tan útil como tratar de hacerle entender razones a un primate columpiándose en los árboles de las selvas del Borneo, saliendo con las manos vacías.

Lo que le sucedió a Max Planck con Hitler es lo mismo que lo que le puede suceder a cualquiera que trate de convencer a los multimillonarios y ultraderechizados propietarios de la Universidad Autónoma de Guadalajara de que disuelvan de una vez por todas y para siempre la organización neofascista secreta Tecos que ellos mismos crearon, y mucho más importante, de que ya no insistan en sus locas ambiciones de poder y control político equiparables en todos respectos a las que Hitler y sus seguidores tuvieron en su momento. ¿Cómo hacerles ver, cómo hacerles entender, que su más monstruosa creación, la Organización Nacional del Yunque, a la larga sólo puede traer consecuencias terribles para un país que ciertamente merece un mejor trato que el que le quieren dar estos pseudo-Führers totonacas imponiéndole sus caprichos y su estrambótica ideología? ¿Cómo hacerles ver, cómo hacerles entender, que si bien el uno por ciento de sus creencias está fundamentado en verdades históricas irrebatibles, el noventa y nueve por ciento restante es pura propaganda barata repleta de mentiras y argumentos sin fundamento? Esto es algo que ni siquiera el mismo Max Planck les podría hacer entender si viviese hoy en día, y si alguien como Max Planck no podría haberlos hecho entrar en razones humanizándolos aunque fuese un poco, lo más seguro es que nadie los podrá meter al redil, ni siquiera las enseñanzas de la Biblia.

Con todo y que muchos alemanes nutridos en sus mentes con el fraude literario "Los Protocolos de los Sabios de Sión" culparon a los judíos de la derrota sufrida por Alemania en la Primera Guerra Mundial (este enorme resentimiento infundado fue capitalizado astutamente por Hitler permitiéndole a él y a sus Nazis allegarse con pocas dificultades de las simpatías de muchos alemanes generadas por el enorme caudal de revanchismo que le permitió en sus inicios ser aceptado por un pueblo sediento de venganza a causa de la derrota sufrida en los campos de batalla), lo cierto es que sin el importantísimo proceso para la síntesis del amoníaco logrado por el judío Fritz Haber la derrota de Alemania habría llegado con mucha mayor rapidez. Nunca un solo hombre hizo tanto para ayudar a su país en tiempos de guerra desde las trincheras del laboratorio como Fritz Haber, quien sin darse cuenta de ello terminó convirtiéndose en un equivalente en la vida real del doctor Víktor Frankenstein, proporcionando las vitaminas necesarias para el fortalecimiento de un monstruo sobre el cual eventualmente ya nadie pudo ejercer ningún control y del cual no hubo razones reales para que nadie esperase gratitud alguna del mismo. Demasiado tarde aprendió Fritz Haber la naturaleza del refrán "mal paga el diablo a quien más le sirve".

Quizá la mayor ironía de todas es que el gas Zyklon B, el cual es esencialmente ácido hidrocíanico y el cual al ser expuesto al aire forma el letal cianuro de hidrógeno, el mismo gas venenoso utilizado para llevar a cabo el genocidio en los campos de exterminio que Hitler ordenó instalar para la consumación del holocausto y del cual tenemos a continuación una foto de las latas contenedoras del mismo usadas por los Nazis:





fue inventado por nadie menos que Fritz Haber, el cual cuando creó dicho gas lo hizo con el fin de que se utilizara como pesticida. De este modo, desde la síntesis del amoníaco utilizado por los Nazis para armarse de millares de toneladas de explosivos que de otra manera no habrían tenido, hasta el gas usado por los Nazis en los campos de exterminio, nadie se benefició tanto para sus propósitos de los descubrimientos de un prominente científico judío como los mismos Nazis, con el cual de cualquier manera se comportaron de la forma ingrata que caracteriza a esta clase de gente desequilibrada.

¿Qué fué lo que obtuvo Fritz Haber a cambio de sus enormes e históricas contribuciones al terrible aparato militar alemán? ¿Qué fue lo que obtuvo a cambio de renunciar a la religión de sus padres con tal de agradar al país al cual quería sentirse completamente integrado? ¿Qué fue lo que obtuvo a cambio de su trabajo entusiasta para el estado alemán, qué fué lo que obtuvo a cambio de estar alentando a los científicos bajo su tutela así como aquellos con los cuales tenía amistad o contacto a que se dedicasen con devoción a los propósitos de la maquinaria de guerra? NADA. Absolutamente NADA. En lo que concierne al régimen de Hitler, Fritz Haber pese a toda su dedicación e incuestionable patriotismo, seguía siendo un judío,y por lo tanto un enemigo. Esta es la misma forma de pensar en la cual son indoctrinados en el anonimato los Tecos ultraderechistas graduados de la Universidad Autónoma de Guadalajara; para ellos un judío es un judío y por lo tanto un enemigo, sin que valgan a su favor las valiosas contribuciones que haya hecho a México como profesionista o intelectual o artesano, a lo cual suman un odio mortal en contra de cualquiera que pertenezca a la masonería o que tenga simpatías por cualquiera de las doctrinas socialistas promulgadas por la izquierda. Así se les ha indoctrinado, así les están programando sus mentes. Si Fritz Haber creyó que por arrodillarse y arrodillar su talento ante los endurecidos ultraderechistas alemanes quemándoles incienso y colaborando con ellos traicionando al mismo tiempo sus propias raíces judías le "perdonarían" su ancestría judía, erró de modo fatal. Porque para los Nazis y los ultraderechistas en general la ingratitud y la traición a sus mejores aliados y amigos siempre fueron y siguen siendo cosas no sólo aceptables sino inclusive "muy buenas" si los intereses expansionistas del imperio Nazi (o en el caso actual la expansión de la Organización Nacional del Yunque) lo requerían. Igual que ayer, esto es lo mismo que practican los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara al estar actuando como soplones a cambio de NADA para destruírle sus vidas y sus carreras a sus propios compañeros universitarios con quienes conviven, convirtiéndose en colaboradores activos de gente perversa e inhumana que al igual que Hitler y sus seguidores lo último que tienen en mente es acto de agradecimiento alguno en beneficio de sus lame-botas.

En la carta de su renuncia forzada a sus labores en el Instituto Kaiser Wilhelm, Haber asentó claramente que él siempre se había sentido ser un buen alemán, pese al hecho de que era judío, y que él siempre había puesto a su país por encima de todo. Obligado a abandonar Alemania, Fritz Haber murió al año siguiente de su exilio involuntario al estar visitando unos familiares que tenía en Basilea, Suiza, irónicamente la sede del Primer Congreso Mundial Sionista llevado a cabo en 1897 y convocado por Theodor Herzl, usado propagandísticamente por los Nazis para inventar y propalar la fantasía de que en dicho Congreso se distribuyeron secretamente copias de "Los Protocolos de los Sabios de Sión" con un supuesto plan judío para la dominación del planeta.

Es importante señalar que al año siguiente de la muerte de Fritz Haber, Max Planck enfrentando las protestas de los Nazis organizó un memorial para celebrar la vida de tan ilustre científico, desafiando socarronamente un veto específico de los Nazis para la celebración de tal evento. Y el día de hoy, ya sin Hitler y sus Nazis en el poder, el Instituto Haber para Físico-Química en Berlín lleva su nombre, no sin causar cierta controversia por el papel desempeñado por Haber en el desarrollo y aplicación de armas químicas en el frente de batalla.

No sólo Fritz Haber recibió en carne propia una dura lección sobre la falta total de integridad y valores en estos traidores natos incapaces de mostrar agradecimiento alguno a quien los haya ayudado en el pasado, por mucho que los haya ayudado. El mismo Joseph Stalin, con quien Hitler se repartió la mitad de Polonia en el amistoso cuan infernal pacto Molotov-Ribbentrop, despertó un buen día a la noticia de que Rusia estaba siendo invadida por un gigantesco ejército alemán integrado por numerosos batallones y divisiones en una operación mantenida en el más absoluto secreto bajo el nombre de "Operación Barbaroja", obviamente con la intención de hacerle a Rusia exactamente lo mismo que la Alemania Nazi le hizo a Polonia apenas unos cuantos años atrás, tan sólo otro paso más en los planes Hitlerianos de dominación mundial. ¿Qué fue entonces lo que Stalin obtuvo a la larga de los Nazis a raíz del pacto Molotov-Ribbentrop? NADA. Al igual que Fritz Haber, absolutamente NADA, excepto una terrible invasión que Rusia no había hecho absolutamente nada para provocar, una invasión cuya única justificante para los Nazis era el mentado lebensraum (es una mentira repetida mil veces hasta el cansancio el mito que aparece en la propaganda ultraderechista moderna de que Hitler invadió Rusia "para salvar al mundo del comunismo", la cruda y triste realidad es que detrás de la invasión alemana a Rusia lo único que había era un voraz apetito expansionista del cual hoy se dá por hecho que Rusia, comunista o no, terminó siendo víctima, como un paso más para apoderarse del planeta). Es muy posible que al mismo tiempo que el canciller Ribbentrop estaba firmando amistosamente con Rusia el pacto para poder llevar a cabo sin problema alguno la invasión Nazi de Polonia, Hitler en su desequilibrado cerebro ya estaba preparando los planes para la posterior invasión de Rusia. Porque así operan las mentes de estos ultraderechistas nazificados hasta la médula, siempre han sido y seguirán siendo traidores e ingratos en grado extremo.

Más cerca de casa, a raíz del aniversario de la expropiación petrolera, EL UNIVERSAL publicó el 18 de marzo del 2008 un artículo interesante detallando cómo México, en un juego de ajedrez de alto nivel llevado a cabo por el Presidente Lázaro cárdenas para contener la reacción negativa de los intereses extranjeros afectados por la expropiación petrolera, estuvo proveyendo petróleo a los Nazis inclusive después de la injustificable invasión Nazi a Polonia (el periódico reproduce en su primera plana una fotografía mostrando las dos páginas de una carta firmada personalmente por el Presidente Franklin Delano Roosevelt, dirigida al Presidente mexicano Lázaro Cárdenas, parte de cuyo texto se reproduce en el artículo, junto con una parte del texto de una carta del Presidente Lázaro Cárdenas del 28 de septiembre de 1938 consultada en el Archivo General de la Nación,).

¿Y qué fue lo que a la larga obtuvo México a fin de cuentas como muestra de gratitud a cambio de estarle proveyendo petróleo a los Nazis aún después de haber empezado las hostilidades de la Segunda Guerra Mundial? Al igual que Fritz Haber, y al igual que Stalin, NADA, absolutamente NADA. Bueno, esto podría ser considerado como inexacto, porque a la larga México sí obtuvo algo de los Nazis en muestra de "agradecimiento". Obtuvo el hundimiento de sus buques petroleros Potrero del Llano y Faja de Oro a manos de submarinos alemanes (hay más sobre esto en el blog Miscelánea bajo la entrada "Las Pifias de la Propaganda"), una agresión que no le dejó más opción a México que entrar a la Segunda Guerra Mundial. Esto es lo que obtiene uno por tratar de congraciarse con gente desprovista de sentimientos y endurecida hasta la última neurona en lo que les queda de su atrofiado cerebro.

Con esta clase de gente, con esta canalla, tratar de dialogar con ellos para hacerles ver el error en el que están es una pérdida lamentable de tiempo, ya que lo que les entra por un oído les saldrá por el otro, tal y como lo descubrió el mismo Premio Nóbel de Física y fundador de la mecánica cuántica Max Planck cuando inútilmente trató de hacer entrar a Hitler en razones con el fin de que el terrible imperio nazi le "perdonase" a Fritz Haber su ancestría judía (como si la ancestría de cualquier persona fuese una cosa por la cual la persona tuviese que ser "perdonada"). Y tratar de caerles bien o tratar de ganarse la amistad de ellos, o al menos congraciarse con ellos para que no se metan con uno en alguno de sus numerosos arrebatos de locura y fanatismo, es también una pérdida inútil de tiempo, como lo descubrieron en su momento Fritz Haber, Stalin, y Lázaro Cárdenas. Y esto no ha cambiado en nada en el México de hoy en donde continúa la batalla que quedó inconclusa cuando las tropas aliadas entraron en Berlín poniéndole fin a la locura ultraderechista de la única manera en la cual se le podía poner fin. Esto es algo que tampoco entienden ni quieren entender los zares de la extrema derecha latinoamericana que despachan sus órdenes desde lujosas oficinas situadas "en un lugar de Guadalajara, de cuyo nombre no quiero acordarme". Los mismos malagradecidos que responden a la confianza que muchos padres de familia les han depositado en el pasado para educarles a sus hijos en alguna carrera universitaria, y los cuales les han retribuído a estos padres de familia dicha confianza ya sea educándoles a sus hijos a sus espaldas en otras cosas perversas que no tienen nada que ver con en el plan "oficial" de estudios, o expulsándoles a sus hijos de tan funesta institución destruyéndoles sus carreras universitarias y, en el peor de los casos, aplicándoles un poco de "cortesía neo-Nazi" recurriendo al crimen y a la violencia, para después negarlo todo en público hilando mentira tras mentira tras mentira.

En lo que respecta al judío-alemán Ludwig Fulda, el originador y promotor del "manifiesto de Fulda" usado para justificar el desmedido militarismo alemán y las atrocidades cometidas por el aparato militar alemán tales como el haber introducido en el campo de batalla el uso de armas químicas, terminó suicidándose en Berlín en 1939, el mismo año en el que Hitler movilizó su ya para entonces poderosa maquinaria de guerra con el fin de anexar la mitad de Polonia dándole la otra mitad de Polonia a Stalin.

Pese a todo, hay un aspecto positivo en el hecho de que Hitler la haya tomado en contra de prominentes científicos judío-alemanes, como Fritz Haber, por el solo hecho de ser judíos, enviándolos a su destierro, a lo cual se sumaron no sólo los científicos judíos sino también cualquier científico opuesto al Nazismo. Al hacer Hitler tal cosa, ocurrió justo lo que Max Planck le había advertido que ocurriría. Por un lado, los países que recibieron esta valiosísima veta de talento de primera clase, muchos de ellos receptores del Premio Nóbel por sus descubrimientos científicos, resultaron ampliamente beneficiados de la presencia de estos investigadores de clase mundial. Por otro lado, Hitler se decapitó a sí mismo al privarse de todas las aportaciones que estos científicos podrían haber hecho ya fuese de buena gana o de mala gana. Estamos hablando de intelectuales como Albert Einstein, Edward Teller, Felix Bloch, Eugene Wigner, Hans Bethe, Erwin Schrodinger (el creador de la mecánica cuántica ondulatoria), James Franck, Otto Stern, Victor Francis Hess (casado con una judía), Peter Debye, Dennis Gabor (el inventor de la holografía), George de Hevesy y Gerhard Herzberg. Estamos hablando de científicos galardonados todos ellos con el Premio Nóbel por la importancia de sus descubrimientos. A lo cual podemos sumar muchos otros nombres como Emmy Noether, Richard Courant y Hermann Weyl (casado con una judía). A esta lista tenemos que agregar con especial distinción al brillantísimo físico italiano Enrico Fermi, el cual por estar casado con la judía-italiana Laura Capon se vió obligado a huir del régimen fascista encabezado por el aliado incondicional de Hitler, el dictador Benito Mussolini. Fermi, considerado como el único físico del siglo XX que destacaba ampliamente tanto en el campo teórico como el campo experimental, es precisamente el científico que desarrolló en los Estados Unidos de principio a fin la construcción del primer reactor atómico convirtiendo en realidad por vez primera el proceso de una reacción nuclear en cadena sostenida, el paso crucial dentro del ultrasecreto Proyecto Manhattan para la construcción de la bomba atómica norteamericana. Todos estos científicos son los mismos científicos que le podrían haber dado a Hitler las inexistentes "armas maravillosas" que el propagandista Nazi Joseph Goebbels estuvo proclamando engañosamente cuando las tropas aliadas se acercaban a las afueras de Berlín. Estos son los mismos científicos que en cuestión de cinco años le podrían haber dado la bomba atómica a Hitler en vez de dársela a los Estados Unidos, con las previsibles consecuencias catastróficas para la humanidad entera en caso de caer la posesión de dicha arma en manos de un dictador enajenado que ya estaba bombardeando desde Alemania a la población civil de Londres con centenares de proyectiles V1 y V2:





causando vasta destrucción y muerte no entre las tropas militares inglesas sino en la misma población civil matando indiscriminadamente a mujeres, niños y ancianos:





Cabe señalar aquí que, como podemos leerlo en la biblia de la ultraderecha mexicana, el mamotreto propagandístico Derrota Mundial, es mucho lo que han lloriqueado los endurecidos neofascistas de México por la destrucción llevada a cabo por los bombardeos de las fuerzas aliadas en contra de ciudades alemanas como Dresde, sin derramar jamás una sola lágrima y sin sentir jamás compasión alguna por la vasta destrucción, muerte y terror causados sobre la población civil inglesa por esas bombas volantes lanzadas desde Alemania construídas con mano de obra esclava, haciéndose tarugos -al igual que Hitler ante Max Planck- cuando se les trata de hacer ver que el primer ataque aéreo en la Historia no en contra de objetivos militares sino en contra de la población civil fue estrenado por los mismos Nazis con el bárbaro bombardeo llevado a cabo en España en Guernica con el fin de garantizarle su triunfo al Generalísimo Francisco Franco, el cual como buen fascistoide también se comportó como un ingrato con sus mentores Nazis cuando los vientos de la guerra se voltearon en contra de Alemania.

Aunque el aparato militar alemán Nazi no perdió mucho en términos cuantitativos, en términos cualitativos perdió lo mejor de lo mejor con esta enorme sangría que poco pareció importarle al Führer, una sangría con la cual Hitler desde antes de que empezaran las hostilidades de la Segunda Guerra Mundial selló su propia contundente derrota poniendo fin a su pretendido infernal imperio que duraría "mil años", un imperio terrible en el cual sus principales colaboradores en México seguramente estarían ocupando hoy una posición prominente en vez de estar confinados a una universidad de quinta categoría escondiendo sus proclividades en la cobardía del anonimato negando en público lo que son. Ingratos, cobardes, traidores, criminales, asesinos... ¿y así se proclaman cristianos? ¿Merece realmente México caer en manos de esta gente, al igual que como cayeron los alemanes del siglo pasado en manos de los desquiciados Nazis? Estas son las grandes lecciones de la Historia que se vuelve necesario repasar y reflexionar en estos días en que estos intrigantes operando libremente desde su principal base de operaciones en Guadalajara están por graduar en cuestión de unos cuantos meses una nueva camada de profesionistas entrenados por ellos en la conjura, la tración, y muy en especial, la ingratitud.



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POST SCRIPTUM:


Hablando de ingratitudes, en el siguiente artículo tenemos un buen ejemplo de cómo los extremistas de las sociedades secretas de ultraderecha de México son ingratos hasta con ellos mismos sacrificando sus propias vidas por una causa por la que no vale la pena luchar obedeciendo a unos vivales a los que sirven por los que no vale la pena derramar ni una gota de sangre o una sola lágrima:

La cobardía del Yunque
Álvaro Delgado
Agencia APRO
28 de diciembre del 2009

Junto a la capilla del panteón Parque Memorial, en Naucalpan, Estado de México, en el lote 211 de la sección 1.1, se encuentra una tumba cuya austera lápida tiene inscrito un nombre y dos fechas: “Ramón Plata Moreno. 20-X-1935 24-XII-79”.

Se trata del sitio donde yacen los restos del fundador de El Yunque, la organización ultraderechista que, desde hace medio siglo, conspira desde la clandestinidad para imponer en México un proyecto autoritario, a través del Partido Acción Nacional (PAN), uno más de sus diversos instrumentos.

La fecha de su muerte inscrita en la lápida indica que la semana pasada, justamente en la Nochebuena de este 2009, se cumplieron tres décadas de que fue asesinado en la casa de sus suegros, en la calla Cienfuegos número 763, colonia Lindavista del Distrito Federal, después de regresar de un exilio en Estados Unidos, a raíz de un atentado a balazos que sufrió cuatro años antes.

El lugar donde está sepultado Plata Moreno no es casual: Está próximo al santuario de Los Remedios, donde, en 1975, hizo concentrarse ahí a centenares de miembros de El Yunque para lanzar, justamente, el “Pacto de Los Remedios”, una ofensiva contra el gobierno de Luis Echeverría, a quien catalogaba como “comunista” y “anticatólico”.

Igual que otros homicidios de miembros de El Yunque –como los de dos jóvenes en el Cerro del Cubilete, en 1975, y el de Jorge Kalfópoulos, jefe en Jalisco, y su hijo Cristos, de 10 años de edad, en 1981–, el asesinato de Plata Moreno es un crimen impune, pese a que prominentes militantes de esta organización han estado y están en posiciones relevantes en la estructura gubernamental federal para que se sancione a los responsables.

Las razones de tal omisión son diversas, entre ellas que el homicidio cometido hace tres décadas legalmente ya prescribió, pero la fundamental es que los jerarcas de la Organización Nacional de El Yunque han evitado, por todos los medios, que haya la más mínima investigación, porque eso implicaría un mayor escrutinio sobre la estructura y los fines de la misma.

Existe, inclusive, una averiguación previa en la Procuraduría General de la República (PGR) a raíz de una denuncia que formuló Lorenzo Lira García, un mando de los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) que decidió proporcionar vasta información sobre el homicidio de Plata Moreno y otros crímenes, presuntamente cometidos por esa otra organización ultraderechista, muchos de cuyos miembros pertenecen también al PAN.

Sin embargo, las investigaciones no han avanzado por la reiterada oposición de los jerarcas de la Organización Nacional de El Yunque, particularmente el jefe general, Bernardo Ardavín Migoni; el jefe general emérito, José Antonio Quintana, y el jefe nacional operativo, Guillermo Velasco Arzac, quienes han impuesto a la familia de Plata Moreno la ignominiosa orden de quedarse callados ante el crimen.

El silencio sobre las razones, y los autores intelectuales y materiales del asesinato del fundador de El Yunque se justificaba porque, supuestamente, los gobiernos priistas podrían incurrir en manipulación y encubrir a los responsables, pero después de dos gobiernos federales del PAN, con miembros de El Yunque colocados en posiciones clave para el esclarecimiento cabal, no se entiende por qué la obstinación en oponerse a abrir el caso.

Menos aún se entiende el silencio –o quizá esa es la verdadera razón– cuando ha habido tres presidentes del PAN con formación en El Yunque –Luis Felipe Bravo Mena, Manuel Espino y César Nava–, y sus cuadros colman el comité nacional y los estatales.

Mandos de El Yunque murmuran, en voz baja, que el esclarecimiento del asesinato podría desencadenar una cruenta guerra con los Tecos, que todavía disponen de grupos paramilitares fuertemente armados, uno de los cuales supuestamente lo ejecutó, o con los sótanos del priismo que siguen siendo fieles a Fernando Gutiérrez Barrios, a quien también se señala como autor intelectual del crimen.

La razón puede ser otra, como lo presume Eduardo García Suárez, uno de los estrategas más allegados a Plata Moreno en Puebla y quien asegura que miembros de El Yunque traicionaron al fundador y lo “pusieron” para que fuera asesinado en la Nochebuena, en la colonia Lindavista, en 1979.

Como quiera que sea, el silencio de los mandos de El Yunque tiene nombre. Se llama cobardía.

9 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Este interesante trabajo nos comprueba a todos que Hitler, lejos de ser el brillantísimo estratega militar que los libros de la extrema derecha nos quieren hacer creer que era, por el contrario fue un perfecto imbécil desde cualquier ángulo que se le mire. No sólo metió a su patria adoptiva (Hitler no era alemán, era austriaco) en dos broncas calamitosas como lo fue primero el invadir a Polonia con lo cual él mismo desencadenó una terrible guerra mundial y después su invasión a Rusia con la cual él mismo terminó abriendo dos frentes de guerra creando un panorama militar en el que había pocas posibilidades de triunfar, sino inclusive provocando él mismo el éxodo de los brillantes talentos científicos que le podrían haber dado las armas necesarias para lograr quizás una victoria, una sangría con la cual selló el destino que se forjó con todas sus estupideces. Tal vez hasta la palabra imbécil no sea suficiente para describirlo. Uno de mis alumnos, judío por cierto, me comentó que había quedado confundido y desorientado con la lectura de los libros de Salvador Borrego, y hasta llegó a imaginarse que había cosas que sus propios padres le habían estado ocultando, pero la lectura de estos trabajos de spectator le abrieron los ojos y le permitieron recuperar la brújula que había perdido, y su época de confusión quedó ya atrás en el pasado como un mal recuerdo, a grado tal que se siente orgulloso de sus raíces y de su origen. Considero estos trabajos de spectator muy importantes, y estoy recomendando fuera de clases la lectura de los mismos a todos mis alumnos, ya que al menos en lo que a mi parecer respecta son la respuesta más objetiva, más inteligente, más neutral y mejor documentada que haya en México y tal vez en todo el continente a la propaganda difundida por los señores del Yunque. Y en lo que toca a los señores de la U.A.G., sólo me pueden inspirar a mí como a muchos otros una extraña mezcla de lástima y del más profundo desprecio.

martes, 01 abril, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Puf..puras mentiras ilustradas. Protegidos por el anonimato los spectator se llenan la boca de mentiras. Les pido a los lectores, en un esfuerzo serio y objetivo por la verdad acudir a otras fuentes por ejemplo: La mentira de Ulises. ¿Murieron realmente 6 millones? de David Irving. El Mito de Ana Frank de Pedr varela. Si no me eliminan de este blog, seguiremos dialogando.

Por la verdad...

lunes, 26 mayo, 2008  
Blogger Spectator2006 said...

El comentario anónimo puesto aquí el 26 de mayo del 2008 está totalmente fuera de lugar porque este trabajo no trata sobre "el mito de los seis millones", trata sobre algo totalmente diferente, lo cual revela que el comentarista no leyó bien el trabajo limitándose a ver superficialmente unos cuantos párrafos y algunas fotografías (algo típico de los fanáticos adeherentes al fascismo contemporáneo) o simplemente no tuvo argumentos con qué rebatir las evidencias sólidas presentadas por Spectator en este trabajo, no encontrando más recurso que salirse por la tangente metiendo al debate algo que no es el tema principal del blog Ingratitud. Si se trata de lo último, Spectator lo toma como un cumplido, lo toma como un elogio indirecto al agarrarse sus detractores de cualquier tarugada con tal de sembrar dudas sobre otra tema completamente diferente que no puede ser rebatido ni negado, en este caso las pifias con las cuales el Nazismo se privó a sí mismo (¡afortunadamente!) de los mismos científicos que le podrían haber dado el triunfo militar a Hitler.

De cualquier modo, veamos las "fuentes" que el comentarista pide que sean leídas "en un esfuerzo serio y objetivo" por "la verdad" (¿?): "La mentira de Ulises" (Le Mensonge d'Ulysse de Paul Rassinier) y el panfleto "¿Murieron realmente 6 millones?" del pseudo-historiador revisionista Richard Harwood (cuyo nombre verdadero es Richard Verrall), este último prologado por el autor neo-Nazi David Irving y reproducido y diseminado en 1977 por la casa editora neo-Nazi Historical Review Press basada en Inglaterra.

Spectator tendría mucho gusto en debatir, aquí mismo y a la vista del mundo entero, el "mito de los seis millones" con el francés Paul Rassinier, el "gran abuelo" de la negación del holocausto, aunque tal cosa no es posible porque Paul Rassinier murió en 1967 a consecuencia de las complicaciones resultantes directas de las bárbaras atrocidades que los Nazis cometieron en contra de su persona cuando lo tuvieron preso en los campos de concentración de Buchenwald y Mittelbau-Dora. Además de dejarle sus riñones prácticamente destruídos y dejarlo como un inválido por los últimos 22 años de su vida con un problema de hipertensión arterial que le impedía inclusive poder levantarse de su asiento, los sádicos y bestializados esbirros de Hitler -tan sádicos y bestializados como lo son hoy en potencia sus admiradores que forman parte de las terribles fuerzas de choque de la ultraderecha radicada en México en la ciudad de Guadalajara- lo llevaron a los mismos linderos de la locura aflojándole varios tornillos en el cerebro. Y esto no lo dice Spectator. Lo dicen los biógrafos de Rassinier.

Acerca de varios de los sucesores de Paul Rassinier (incluído David Irving), todos ellos neo-Nazis hasta la médula, Spectator tiene algo que decir en su blog Lenguas de Serpiente. Seguramente el comentarista tampoco ha leído dicho trabajo, o si lo leyó fue de modo muy superficial leyendo algunas cuantas líneas de algunos cuantos párrafos como acostumbran hacerlo los fanáticos adeherentes al fascismo que se sienten sabios en estos temas históricos sólo porque se los dijo un "iluminado" como Salvador Borrego.

En lo que respecta a David Irving, el formidable equipo Alianza Estudiantil Prometeo de la Universidad Iberoamericana en cierta forma ya dió respuesta (una buena respuesta) en su trabajo La Ultraderecha Mexicana: Semillas del Odio. Este trabajo se encuentra ampliamente diseminado en Internet por lo cual no es necesario reproducirlo en esta sección de comentarios.

Sobre el ampliamente desacreditado neo-fascista franquista de línea dura Pedro Varela, ex presidente del grupo neonazi Círculo Español de Amigos de Europa (CEDADE), arrestado por las autoridades españolas el martes 11 de abril del 2006 en su propia librería Europa en Cataluña por su promoción y venta de libelos y libros neo-Nazis, Spectator agregará aquí que el 16 de noviembre de 1998 una Corte española encontró culpable a Pedro Varela por los delitos de provocación a la discriminación, al odio y a la violencia contra grupos y asociaciones por motivos racistas y antisemitas justificantes del genocidio. Esta sentencia, basada en una ley promulgada en 1995 en contra de actos de discriminación y justificaciones de genocidios, fue la primera emitida en España por delitos relacionados con la negación del holocausto. Spectator agregará aquí también que Pedro Varela no sólo considera a los judíos, a los negros y a los chinos como racialmente inferiores. También considera a los mexicanos como racialmente inferiores, algo que posiblemente ignora el mismo comentarista que pide a los lectores de Spectator que "en un esfuerzo serio y objetivo por la verdad" acudan "a otras fuentes" como Pedro Varela. Si Pedro Varela hubiera nacido hace 500 años, habría sido uno de los mejores aliados y apologistas de Hernán Cortés y Francisco Pizarro en la destrucción de las civilizaciones precolombinas en el continente americano y en la esclavización de los indígenas para explotarlos implacablemente noche y día en las minas de oro y plata. Sin lugar a dudas, Pedro Varela habría justificado plenamente los genocidios de los nativos a manos de los Conquistadores españoles (como la Gran Masacre del Templo Mayor perpetrada por el brutal aventurero Pedro de Alvarado y la Matanza de Cholula cometida en 1519, descrita en el libro Los hermanos Pastor en la Corte de Moctezuma de Sandro Cohen), de la misma forma como hoy lo hace con los genocidios llevados a cabo por los Nazis. Esta es la calidad moral de las "fuentes" que el despistado comentarista hoy nos pide que sean leídas "en un esfuerzo serio y objetivo" por "la verdad".

Tal vez el mejor mentís que se les puede dar a los negadores del holocausto son los mismos alemanes de hoy, los descendientes de aquellos animales enloquecidos que perpetraron un crimen de lesa majestad que muchos evangelistas cristianos clasifican como uno de los más grandes triunfos logrados por el mismo Satanás en la lucha eterna del Mal contra el Bien. Los alemanes de hoy, en enorme y aplastante mayoría, con todas las evidencias históricas que poseen al alcance de sus manos, no tienen duda alguna sobre la realidad del holocausto Shoah llevado a cabo por órdenes directas de uno de los mayores criminales de todos los tiempos, posiblemente el mayor Anti-Cristo de cuantos han pasado por este mundo.

En la misma ciudad de Guadalajara, en donde se encuentra asentado el núcleo "duro" de la gran conspiración que se está urdiendo en contra de México y de la cual la Organización Nacional del Yunque es tan sólo la manifestación de un plan siniestro de largo alcance, "el mito de los seis millones" no es un tema que se cubra dentro del plan oficial de estudios de las materias impartidas en la ultraderechista Universidad Autónoma de Guadalajara; todo lo contrario, esto es algo que "enseñan" en la sombra de la clandestinidad, a través de susurros e inuendos con propaganda barata que es escondida de la vista del público, porque la Universidad Autónoma de Guadalajara no quiere bajo ningún motivo y circunstancia ser asociada públicamente con la diseminación de este tipo de ideas estrafalarias, viéndose obligada a esconderlo como "su gran secreto" que el día de hoy ha dejado de serlo. Si el revisionismo histórico del "mito de los seis millones" fuese algo asentado sobre bases históricas firmes, irrebatibles, los fascistas propietarios de la Universidad Autónoma de Guadalajara no tendrían necesidad de andarlo enseñando "a escondidas". Lo incluirían públicamente en sus planes oficiales de estudios como materia obligatoria, en vez de ponerse un antifaz como hoy lo hacen llevando una doble vida. Esto debe ser una de las mejores pruebas de que el tema del "mito de los seis millones", expuesto públicamente a la luz del día y sometido a una inspección cuidadosa bajo un microscopio, no tolera la disección llevada a cabo por el investigador profesional.

En su gran mayoría en los países de habla hispana, quienes hoy niegan la realidad del holocausto judío lo hacen porque Salvador Borrego se los dijo, lo hacen porque si lo afirman "historiadores" como el neo-fascista predilecto de España Joaquín Bochaca y el neo-Nazi inglés David Irving, entonces para ellos "debe ser cierto" y no hay absolutamente nada más que decir al respecto. Para los seguidores de estos "iluminados", estos propagandistas son la "verdad absoluta" como alguna vez lo fué Joseph Goebbels en los tiempos de Hitler, para ellos estos propagandistas están mejor "informados" y son mucho más "certeros" que la misma Biblia cristiana. De nada serviría que el mismo Papa Juan Pablo II se hubiera sentado con ellos para transmitirles lo que vió con sus propios ojos en Polonia en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Creen tener ya en sus manos la verdad "absoluta" y no habrá otra cosa que los pueda hacer cambiar de parecer. En efecto, ya le vendieron el alma al Diablo.

Spectator no acostumbra perder su tiempo debatiendo con "iluminados" que creen saberlo todo únicamente porque leyeron los libros de Salvador Borrego y el inexistente "rumano" Traian Romanescu, esto es una pérdida lamentable de tiempo, tal y como lo descubrió el eminente científico Max Planck cuando inútilmente trató de hacer entrar en razones a Hitler. Resulta mucho más provechoso simplemente ignorarlos y utilizar el limitado tiempo que tenemos de vida para leer alguna obra cumbre de literatura como "El Paraíso Perdido" de John Milton o para escuchar la música de Sergei Prokofiev, cosas por las que vale la pena vivir.

jueves, 12 junio, 2008  
Anonymous Anónimo said...

El teco o yunquista que puso aquí sus comentarios en mayo tiene que ser uno de los tipos más hipócritas y pendejos que haya visto en toda mi vida. Muy enojado, escribió 'protegidos por el anonimato los spectator se llenan la boca de mentiras'. Sin embargo, él mismo ocultó su identidad bajo el anonimato. O sea, que condena lo que él mismo practica. No tolera que otros hagan lo que él está acostumbrado a hacer. ¿Quién es el mentiroso? ¿Quién es el hipócrita? Es como si una puta saliera de su congal a la calle para arremeter en contra de las adolescentes que usan minifalda, o como si un borracho alcohólico arremetiera indignado en contra de todos aquellos que acompañen su comida con una cerveza fría en un caluroso día de verano. ¿Así son de hipócritas todos los fascistas hoy en día? Si algo no tolero en otro tipo es que sea un hipócrita, un cínico. Le puedo perdonar que sea un tacaño, que sea un borracho, que sea feo, todo menos que sea un hipócrita. Cómo es posible que un hipócrita así nos venga a pedir a todos un esfuerzo serio y objetivo por la verdad, cuando él mismo es una gran mentira andante, cuando él mismo se ha convertido en un payaso con sus contradicciones hipócritas. Y todavía tuvo el descaro de poner al final de sus comentarios la frase 'por la verdad', una frase que no le cuadra a él mismo. Para colmo, no sólo es un hipócrita en exceso, también es un pendejo ignorante. Ni 'La mentira de Ulises" ni 'Murieron realmente 6 millones' fueron escritos por David Irving, como tampoco Pedro Varela escribió 'El mito de Ana Frank'; lo sé porque yo ya leí esas porquerías y lamento haber perdido mi tiempo viendo esas ficciones, las cuales, esas sí, son puras mentiras ilustradas. A leguas se ve que está recomendando la lectura de algo que ni siquiera él mismo ha leído. Teco o yunquista anónimo: mejor ponte un tapón en la boca porque no sabes ni siquiera de lo que estás hablando, y si todos tus compañeros son como tú, pues están para dar lástima a los padres que los engrendraron. Estás dejando muy mal parados a todos los de tu calaña. Como dijo el año pasado el Rey de España, ¿por qué no te callas?
spectator, por favor ciérrale las puertas a estos idiotas, que al fin y al cabo ni agradecen que se les abra este espacio. Como tú bien lo dijiste, son unos ingratos. Y no sólo son ingratos, también son hipócritas y pendejos, y aquí lo acaban de demostrar una vez más.

viernes, 13 junio, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Hace algunos años leí El Mito de Ana Frank, y todavía tengo hasta el día de hoy en mi mente una pregunta candente para la cual ese ensayo no me dió respuesta alguna. ¿Qué delito tan horrible cometió esa pobre niña que le mereció ser separada de su familia y deportada al campo de concentración en donde terminó perdiendo su vida? ¿Cuál fue su horrible transgresión a la ley que le mereció ser enviada a ese infierno cuando apenas comenzaba a vivir? Si ella era culpable de algo, ¿por qué jamás se le juzgó públicamente ante un tribunal dándole oportunidad de contar con una buena defensa para responder a sus acusadores? ¿Por qué se le condenó a lo que fue condenada negándosele el juicio imparcial y justo al que todo acusado tiene derecho en los países civilizados, un derecho que no se le niega inclusive a criminales de la peor ralea como los narcotraficantes y los sicarios del crimen organizado? Esto lo digo yo como padre de tres niñas pequeñas, no quisiera yo que le ocurriera lo mismo a ninguna de ellas. Supongo que muchos yunquistas y tecos también son padres de niñas pequeñas a los que tampoco les gustaría ver que sus hijas tuvieran un fin igual al que tuvo Ana Frank. La obra que realmente trata de ser una justificación del régimen Hitleriano exonera a los nazis de la muerte de la niña por haber muerto de "causas naturales", por haber muerto de tifo. No niega que murió cuando estaba en poder de los nazis, lo que señala es que murió de causas naturales cuando estaba en poder de los nazis y que por ello se debe suponer que Hitler y sus verdugos deben ser exonerados de la muerte de Ana Frank, proclamados inocentes e inclusive víctimas de una propaganda injusta en contra de ellos.
Este argumento baboso me recuerda un argumento casi idéntico que esgrimieron en México hace varios años unos secuestradores que raptaron a un joven estudiante de su propia casa a punta de pistola con la esperanza de obtener una jugosa suma monetaria a cambio de la vida del joven, el cual se les murió en cautividad porque no fue atendida una infección gastrointestinal severa que contrajo a causa de las condiciones insalubres en que se le mantuvo mientras estaba bajo cautiverio (de todos modos cobraron el rescate). También estos hampones, aunque reconocieron ser los autores del secuestro, negaron cualquier responsabilidad en la muerte del joven argumentando que murió "de causas naturales". Habráse visto semejante disparate, semejante cinismo. Si de argumentos como estos se valen los nazis, los fascistas, los yunquistas y los tecos para justificar sus actos criminales, bien merecido se tendrán el castigo eterno que supongo les está esperando en la otra vida a estas escorias humanas. Y si estas son las ideas que le están metiendo a sus propios hijos e hijas en la cabeza, indudablemente se los llevarán consigo para pudrirse junto con ellos por el resto de toda una eternidad, recibiendo el justo castigo que merecen los impíos que siendo victimarios se creen merecedores del mismo consuelo espiritual que los que han sufrido sus iniquidades. Ciertamente, no se van a ir al lugar en donde se debe encontrar el alma de Ana Frank en estos momentos, porque los justos se van al Cielo mientras que los demás no quiero ni siquiera imaginar lo que se les tiene reservado en el más allá.

sábado, 14 junio, 2008  
Blogger Spectator2006 said...

A raíz de las continuas imputaciones dirigidas contra el Diario de Anna Frank en los años sesenta y setenta del siglo pasado principalmente por autores de literatura neo-Nazi, se han llevado a cabo varios estudios en torno a la autenticidad del Diario para comprobar o desmentir los alegatos de dichos autores. El estudio más exhaustivo hasta la fecha es el realizado en Holanda, en la primera mitad de los años ochenta, en el laboratorio del Instituto Forénsico de los Países Bajos por encargo del Nederlands Instituut voor Oorlogsdocumentatie o NIOD (Instituto para la Documentación de la Guerra de los Países Bajos), el cual decidió someter la obra a una serie de pruebas de autenticidad. Los resultados de ese estudio constan en un informe de más de 250 páginas, y es sin lugar a dudas el mejor estudio que se ha llevado a cabo sobre el tema. En la edición académica de Los Diarios de Anna Frank publicada por el NIOD en 1986 se incluye un resumen de 65 páginas del informe del laboratorio forense. El informe completo está disponible para efectos de investigación científica posterior. El NIOD concluye: «(...) El informe del laboratorio forense ha demostrado de manera fehaciente que ambas versiones del diario de Anna Frank fueron escritas por ella entre 1942 y 1944. Las falsas imputaciones en el sentido de que fueron confeccionadas por otra persona (antes o después de la guerra) quedan suficientemente rebatidas.» (Los diarios de Anna Frank, 5a edición holandesa, 2001, p. 213.)

De acuerdo con el análisis forense, el papel, la tinta y la goma de pegar que componían el escrito pasaron por un severo escrutinio, al igual que otros veintidós documentos que contenían escritos de Anna y su familia. Sellos de correos, matasellos, cartas y postales también fueron objeto de una revisión que permitiera afirmar de una vez por todas si el Diario era o no auténtico. En relación con los materiales, el estudio afirmaba que el papel, la goma, el material de encuadernación y la tinta tenían que ser fechados en la década de los cuarenta. Incluso en este último caso, se encontró que la tinta contenía hierro, una circunstancia que obligaba a datarla antes de 1950, ya que a partir de ese año, la tinta no contenía hierro en absoluto o la proporción del mismo era mucho más baja.

Con respecto a los Diarios, resultaba indiscutible que se debían a una sola persona que había escrito durante el periodo cronológico indicado en los mismos. La diferencia entre los dos tipos de letra obedecía simplemente a los cambios experimentados en el desarrollo normal de un niño y no permitía dudar en absoluto de que se debían a la misma mano. Las enmiendas eran muy limitadas y variaban de una sola letra a un conjunto formado por tres palabras. De hecho, no alteraban en absoluto el sentido del texto de la versión más antigua.

En relación a la fantasía de que el Diario contiene apuntes escritos con bolígrafo (una falsedad popularizada directamente por el revisionista neo-Nazi francés Robert Faurisson, el cual ha caído ya varias veces en prisión por propalar falsedades que no ha sido capaz de sostener ante los tribunales), esta es otra mentira que se cae por su propio peso y tal vez sea la mentira más fácil de torpedear. Todos los apuntes del diario han sido escritos con distintas clases de tinta y a lápiz (a veces de colores), pero no con bolígrafo, el cual deja una marca inconfundible sobre el papel. El estudio técnico documental del laboratorio forense demuestra que la mayor parte del Diario y las hojas sueltas han sido escritas con tinta de pluma de color azul grisáceo. Además, en sus apuntes Anna también utilizó tinta fina roja, lápices de colores verde y rojo y lápiz negro; pero no bolígrafo, pues este no estaba disponible cuando escribió su Diario. No obstante, en foros de internet y portales neo-Nazis, puede leerse con cierta frecuencia la falsa imputación de que partes del Diario de Anna Frank fueron escritas con bolígrafo. En tono despectivo, se refieren a Anna Frank como «la niña del bolígrafo», explicando que el Diario se trata de una invención que comenzó a divulgarse en Europa sólo después de la Segunda Guerra Mundial. La conclusión a la que se pretende hacer llegar al público mediante esta calumnia es que los textos del Diario no pueden haber sido escritos por Anna Frank en persona.

Fruto de la magna tarea de investigación científica llevada a cabo en Holanda vendría a ser finalmente una edición crítica del Diario que consta de un total de 712 páginas, en la que aparece la versión original, la edición realizada por Anna, la versión publicada y referencias a los hallazgos realizados por los expertos.

El final de toda la historia ha estado dotado, por lo tanto, de lo que casi podría considerarse un carácter ejemplarizante. Empeñados en negar la veracidad de lo evidente, los revisionistas, desde las primeras figuras (Pedro Varela, Joaquín Bochaca, David Irving, etc.) hasta los menos conocidos, han conseguido el resultado opuesto: un arsenal de pruebas irrefutables en favor de la autenticidad del Diario de Anna Frank, así como una innegable demostración de la deshonestidad intelectual y carencia total de base científica de la que adolecen los pseudo-historiadores revisionistas que ni siquiera para mentir son buenos.

Ya antes del estudio del laboratorio forense holandés de los años ochenta se había realizado otro estudio en torno a la autenticidad del Diario de Anna Frank. En 1959, los escritos de Anna Frank fueron estudiados por grafólogos alemanes, con antelación a una querella iniciada por Otto Frank. En un informe de 131 páginas, los peritos grafólogos de Hamburgo llegaron a la conclusión, en marzo de 1960, de que todos los apuntes en los diarios y las hojas sueltas, incluidas todas las correcciones y partes añadidas, eran idénticos a la letra manuscrita de Anna. El informe concluía asimismo que las hojas sueltas no databan de antes de los tres cuadernos. Por último, se llegó a la conclusión de que «(...) el texto publicado en traducción alemana bajo el título de Das Tagebuch der Anne Frank ha de considerarse, por lo que respecta al contenido y al espíritu, idéntico a su fuente.» También en 1980 se llevó a cabo un estudio muy limitado en Alemania, nuevamente con antelación a un procedimiento judicial, y esta vez realizado por la oficina de asuntos penales de la Policía Criminal Federal alemana (Bundeskriminalamt o BKA), de Wiesbaden. La BKA llegó a la conclusión de que todas las clases de papel y de tinta utilizadas se habían fabricado antes de 1950 y de que, por lo tanto, podían haberse utilizado durante la guerra. De cualquier modo, las numerososas citas tomadas fuera de contexto -como acostumbran hacerlo los "historiadores" revisionistas ávidos en rehabilitarle su imagen y su "honorabilidad" tanto al insano Führer como a sus enajenados Nazis- sobre las conclusiones obtenidas por el laboratorio forénsico de la oficina de asuntos penales de la Policía Criminal Federal en Wiesbaden la llevaron a emitir un comunicado el 26 de julio advirtiendo que los resultados obtenidos en su investigación sobre la autenticidad del Diario no podían ser utilizados para arrojar dudas sobre la autenticidad del mismo. Esto significa que, legalmente, la BKA se deslinda por completo de todo aquél que quiera utilizar sus expedientes sobre el Diario de Anna Frank ante cualquier tribunal en cualquier parte del mundo.

Al fin y a la postre, el revisionismo, lejos de ser una escuela histórica, constituye sólo parte del aparato propagandístico de un movimiento ideológico bien definido, el mismo movimiento que está empezando a estrangular a México desde las sombras, encabezado por gente ambiciosa sin escrúpulos que deliberadamente recurre a la falsedad, al engaño, a la distorsión histórica, y a la propaganda, con tal de lograr colmar sus propias enfermizas agendas secretas que tienen muy poco en común con lo que la mayoría de los mexicanos anhelan como nación.

domingo, 15 junio, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Aquí le tengo algo al yunquista (o teco) que escondiéndose detrás del anonimato despotrica de manera inmisericorde en contra de quienes traten de recurrir al mismo anonimato al que él ha estado recurriendo toda su vida. Se trata de una máxima atribuída al humanista y escritor inglés William Hazlitt que dice:

El único vicio que no puede perdonarse es la hipocresía. El arrepentimiento del hipócrita es de por sí una hipocresía.

martes, 24 junio, 2008  
Blogger jrovegno said...

@Spectator: Hola, buscando datos sobre EINSTEIN y el Einstein llegué acá.

Interesante el tema que planteas de como el entorno social afecta al desarrollo científico, de manera positiva y negativa.
Y nos cuestiona fuertemente la creencia que el desarrollo científico, va de la mano del "desarrollo" humano.

Una pregunta: ¿Por qué no escribes tus artículos en 1 sólo blog? ya que creas 1 blog nuevo para cada artículo.

Saludos

jueves, 09 julio, 2009  
Blogger Spectator2006 said...

En respuesta a las observaciones enviadas por el comentarista jrovegno:

El trabajo de Spectator fue planificado desde un principio para ser llevado a cabo en tres fases. La primera fase consistió en ir asentando una estructura de documentos considerados esenciales bajo el equivalente de un libro electrónico que podríamos llamar Los Blogs de Spectator, lo cual facilitó poner todos los temas bajo un índice general dedicando a cada tema su propio blog, volviéndolos fácilmente localizables y reservándolos para una expansión futura de cada uno de ellos en caso de ser necesario. La segunda fase, de transición, consistió en otra serie de documentos titulada Spectator Fase II, también con su propio índice. Y recientemente se llegó a la tercera fase, titulada Crónicas de Spectator, en donde se hace precisamente lo que tú sugieres, ir poniendo todo en una sola bitácora.

Aunque a veces no lo parezca, muy poco de lo que ha realizado Spectator ha sido fruto del azar, y desde antes de que apareciera publicada la primera bitácora titulada La Extrema Derecha Mexicana ya se contaba con un plan de acción. Lo que hoy ves es el resultado del seguimiento ordenado y escrupuloso que se le ha ido dando a ese plan de acción. Aunque lo importante es que todo el trabajo realizado pueda rendir frutos impidiendo una catástrofe en ciernes.

jueves, 28 enero, 2010  

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